LES, REFLEXIÓN - AQUÍ ESTOY, ENVIÁME A MÍ

LES, Reflexión domingo 11 de mayo.

La asombrosa visión que el profeta Isaías tuvo sobre el trono de Dios, lo hizo dolorosamente consciente de su indignidad ante la presencia de Dios. Al contemplar la santidad y justicia de Dios clamó con temor “: ¡Ay de mí! que soy muerto”.

Pero Dios extendió su misericordia al perdonar su pecado.

Dios no abandona al ser humano en su miseria, sino que actúa con amor y gracia. El serafín que toca los labios de Isaías con el carbón encendido simboliza la acción purificadora de Dios. Y después de ser limpiado, Isaías responde al llamado de Dios para cumplir una misión: «Aquí estoy, envíame a mí».

¿Cual es la lección para nosotros?

No fue la capacidad, o experiencia lo que calificó al profeta Isaías para responder al llamado divino, sino el perdón y la justicia divina.

El ejemplo de Isaías nos recuerda que cada uno de nosotros, aun siendo pecadores, puede ser usado por Dios cuando experimentamos el poder redentor del perdón.

Hoy también somos llamados a ser portadores de luz en medio de un mundo en tinieblas. Como Isaías, debemos dejarnos purificar por Dios y estar dispuestos a decir: "Señor, estoy dispuesto. Úsame para Tu gloria".