LES, REFLEXIÓN - COMO DIOS PARA FARAÓN

LES, Reflexión jueves 17 de julio.
La lección de este día nos invita a comprender que Dios es un ser cercano a nosotros, Dios se manifiesta ante Moisés como “yahvé”. Este nombre resalta la cercanía de Dios hacia su pueblo.
La misión de Moisés hasta aquí no había sido exitosa, por lo tanto. Él expresa una vez más su deseo de librarse de la tarea “Soy torpe de labios, ¿cómo pues me ha de oír el faraón?” (Exo. 6: 30).
La respuesta de Dios, lejos de reprenderlo con dureza, responde con paciencia y gracia, proveyendo una solución: Aarón será su portavoz. Y él sería como Dios para el Faraón.
Este detalle. Proporciona una excelente definición del papel de profeta como vocero de Dios. Además, podemos observar que Dios no exige perfección de quienes llama, sino disposición. Moisés, se consideraba torpe de palabra, y aun así fue escogido para una de las misiones más trascendentales de la historia bíblica: liberar al pueblo de Israel.
El éxito de una misión divina no depende del talento humano, sino de la presencia divina.
Dios le anticipó que el camino no sería fácil. El corazón del Faraón sería endurecido, habría resistencia y confrontación. Sin embargo, esa oposición no sería señal de fracaso, sino parte del proceso en el cual Dios sería glorificado. “Sabrán los egipcios que yo soy el Señor” (Éx. 7:5). Esta declaración nos enseña que aun en medio del caos, Dios tiene un propósito que va más allá de lo que alcanzamos a ver.
Hoy, nosotros también podemos identificarnos con Moisés. quizá sentimos que no tenemos la preparación, las palabras o el valor suficiente para cumplir lo que Dios nos pide. Pero, así como Dios no aceptó las excusas de Moisés, tampoco acepta las nuestras. No porque sea indiferente a nuestras limitaciones, sino porque sabe que en nuestra debilidad su poder se perfecciona (2 Cor. 12:9).
Aplicación.
Dios no llama a quienes crean estar capacitados, sino que capacita a los que llama. Si Dios te ha dado una misión, no mires tus limitaciones, confía en que Él irá contigo y pondrá las palabras en tu boca. No hay obstáculo que impida su obra si tú estás dispuesto a obedecer.