LES, REFLEXIÓN - EL DIVINO YO.

LES, Reflexión martes 15 de julio.
La lección de este día nos muestra a Moisés ante el Faraón transmitiendo el deseo de Dios para su pueblo. “Jehová, el Dios de Israel, dice así: Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto” (Éxo. 5: 1). La respuesta del faraón demostró que la tarea no sería fácil. “¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?” (V. 2).
Cuando obedecemos el llamado de Dios, como Moisés, podemos encontrar resistencia y desprecio, incluso de quienes tienen poder. sin embargo, esto nos recuerda que la fidelidad a Dios no siempre será bien recibida, y que cumplir su voluntad muchas veces implica enfrentar oposición. Aun así, debemos mantenernos firmes, porque la autoridad de Dios está por encima de cualquier faraón, y Él respaldará a quienes actúan en su nombre.
Hasta aquí Moisés, había obedecido a las indicaciones de Dios, pero en lugar de encontrar respaldo y resultados positivos, encontró oposición y mas sufrimiento para Israel. es aquí que en medio de su frustración, clama a Dios con una pregunta sincera: “¿Por qué tratas tan mal a este pueblo? ¿Para esto me enviaste?” (Éxodo 5:22).
Dios le responde a Moisés con firmeza: “Ahora verás lo que voy a hacer…” (Éxodo 6:1). Dios se presenta con una serie de afirmaciones poderosas usando el pronombre “Yo”:
“Yo soy el Señor”, “yo me aparecí”, “yo establecí mi pacto”, “yo he oído”, “yo me he acordado”.
En total, siete veces repite “yo”, mostrando que Él es el centro del plan, el agente de la liberación y el garante de las promesas.
Dios no ha olvidado a su pueblo, ni ha cambiado su propósito. Él no se limita por el rechazo humano ni por la lentitud de los acontecimientos. Su fidelidad no depende de nuestras circunstancias, sino de su pacto eterno. Esta declaración de “Yo soy” es una invitación a confiar en él cuando todo parece desmoronarse, a creer cuando no hay evidencia visible de esperanza.
Aplicación:
Cuando enfrentes momentos en los que obedecer a Dios parece no tener sentido, cuando ores y no veas respuestas inmediatas, recuerda que el “Yo soy” sigue presente. Él no ha cambiado, no ha olvidado, no ha fallado.