LES, REFLEXIÓN - EL SECAMIENTO DEL EUFRATES.

LES, Reflexión - Miércoles 25 de Junio.
En la lección de ayer vimos que el pecado de Belsasar no fue por desconocimiento, sino por arrogancia. Al profanar las cosas sagradas del templo de Jerusalén, selló su destino eterno. Y el juicio divino no tardó en manifestarse: una mano misteriosa escribió en la pared el veredicto celestial. Aquel mensaje Mene, Mene, Tekel, Uparsin, reveló que su reino había sido contado, pesado y hallado falto, y que sería entregado a otros. Aquella misma noche, el poderío de Babilonia cayó, y con él, la vida del rey que desafió abiertamente al Dios del cielo. Su historia nos recuerda que jugar con lo sagrado y despreciar la gracia divina trae consecuencias irrevocables.
La historia narra que Ciro desvió el rio Éufrates e ingreso a la ciudad por debajo de las murallas. El antiguo historiador griego Heródoto lo registra en sus escritos.
Babilonia, confiada en sus murallas y en el río que la protegía, no percibió el peligro que se acercaba silenciosamente bajo sus cimientos.
El secamiento del río Éufrates nos recuerda que incluso las fortalezas humanas más imponentes pueden convertirse en sus mayores debilidades.
La caída sorpresiva de Babilonia ilustra que el regreso de Cristo tomará por sorpresa a la Babilonia moderna. Así como Babilonia cayó en una noche de fiesta y despreocupación, el mundo también será sorprendido con la segunda venida de Cristo.
Jesús usó la metáfora del ladrón que llega inesperadamente, para referirse a su segunda venida (Mat 24: 42, 43), por lo tanto, insto a sus discípulos a velar y estar preparados. Vestidos, y no desnudos (Apo16: 15). Esto simboliza estar cubiertos por la justicia de Cristo, sin vergüenza ni tibieza espiritual.
¿Cuál es la lección para nosotros?
Así como Babilonia cayó por no estar preparada, nosotros también podríamos ser sorprendidos si no tomamos en serio los mensajes de advertencia de Dios. Hoy es tiempo de velar, de fortalecer nuestra relación con Cristo y de vivir cada día como si fuera el último.