LES, REFLEXIÓN - MOSCAS, GANADO Y ULCERAS

LES, Reflexión miércoles 23 de julio.
Las plagas enviadas por Dios a Egipto no fueron simples fenómenos naturales Cada una fue un golpe directo al sistema religioso y espiritual de los egipcios, una confrontación abierta entre el Dios verdadero y los ídolos paganos.
Cada plaga era una evidencia de la soberanía divina, y la muestra del cuidado de Dios por su pueblo. Israel fue protegido en cada etapa (Éxodo 8:22-24).
Lo más impactante no fue la caída de esos ídolos, sino la dureza del corazón del faraón. A pesar de ver el poder, la justicia y la misericordia de Dios, el faraón persistió en su rebeldía. Su corazón, endurecido por el orgullo, se convirtió en la causa de su desgracia.
Cuando el ser humano se niega una y otra vez a escuchar a Dios, llega un punto en que ya no puede oír, aunque Dios siga hablando.
Esta historia nos confronta directamente. Nos hace preguntarnos: ¿Estoy permitiendo que Dios transforme mi corazón? ¿Estoy respondiendo con humildad a sus llamados?
El problema del faraón no era la falta de señales, sino la soberbia de su espíritu.
Así también hoy, podemos tener Biblias abiertas, sermones predicados, milagros visibles, y aun así negarnos a obedecer.
APLICACIÓN.
Que esta reflexión nos lleve a velar constantemente por nuestra condición espiritual. Que no esperemos la desgracia para rendirnos, sino que decidamos hoy, en lo cotidiano, reconocer a Dios como el único Rey. Porque cuando el corazón se endurece, ya no importan las señales; pero cuando se humilla, basta una palabra de Dios para sanar, restaurar y liberar.