LES, REFLEXIÓN - OPRESIÓN: EL TRASFONDO Y EL NACIMIENTO DE MOISÉS

28 de Junio, 2025
Reflexión del día [L E S]
LES, REFLEXIÓN - OPRESIÓN: EL TRASFONDO Y EL NACIMIENTO DE MOISÉS

LES, Reflexión - Sábado 28 de Junio.

Exodo 2: 23 – 25Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto. Y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios su gemido, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

El pueblo hebreo vivía bajo una opresión que se había prolongado por generaciones. A simple vista, parecía que Dios había guardado silencio, pero este pasaje nos asegura que Dios siempre estuvo atento. El clamor del pueblo no cayó en el vacío; llegó hasta el cielo.

El milagro, inicia con el nacimiento de Moises. Moises es la respuesta al grito de un pueblo oprimido, marginado y esclavizado que, en medio del dolor, no olvida a su Dios. Ese clamor silencioso pero persistente sube hasta el cielo, y el texto bíblico nos asegura que "Dios oyó", "se acordó", "miró" y "reconoció" (Éxodo 2:23-25). Cuatro verbos que revelan la profunda compasión divina.

Esta lección nos recuerda que Dios no es indiferente al sufrimiento humano. El mismo Dios que escuchó a los hebreos en Egipto sigue escuchando hoy a quienes claman en medio de la opresión, el abandono o la desesperanza. Y aunque a veces parezca que guarda silencio, en realidad está preparando un plan de liberación.

El nacimiento de Moisés, en un tiempo de muerte y decreto de exterminio, es el testimonio de que Dios actúa incluso cuando no lo vemos, y que su intervención siempre llega en el momento justo.

En medio de las pruebas de la vida, esta lección nos invita a mirar al Dios que salva, que levanta redentores, que provee caminos cuando parece que no los hay.

Nos llama a confiar en Aquel que no solo libera del Egipto literal, sino también del Egipto espiritual: del pecado, la culpa y la desesperanza.

Aplicación:
Si hoy estás atravesando momentos difíciles, no olvides que Dios te ve, te oye y se acuerda de ti. No estás solo. Así como preparó a Moisés para liberar a su pueblo, también está obrando hoy en tu vida. Levanta tus ojos al cielo, clama con fe, y espera su liberación.

 

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