LES, REFLEXIÓN - PARA ESTA HORA

LES, Reflexión - jueves 12 de junio.

Hoy reflexionamos en uno de los momentos de terror y espanto que le tocó vivir al pueblo judío dentro del tiempo del imperio medopersa, cuando reinaba el rey Asuero o Jerjes.

Aman, un hombre que fue dotado de prominencia y poder se empeño en exterminar a los judíos por la causa de Mardoqueo, que no se humillaba ante él.

Esta escena es una sombra de lo que tendrá que vivir el pueblo de Dios al final de la historia, cuando por decreto universal los fieles a Dios perderán todos los derechos humanos, a este tiempo se le llama “el tiempo de angustia de Jacob”.

Cuando todo parece determinado y sin esperanzas para la nación judía, Mardoqueo, tío de la reina Ester acude a ella para contarle sobre el peligro que se avecina sobre su nación con una advertencia “No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; más tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”   (Est. 4: 13, 14). Aquí es cuando Ester ingresa al escenario para desempeñar un papel central en la salvación de su pueblo.

Ester no fue colocada en el palacio por casualidad. Su presencia allí fue providencial, “para esta hora” (Ester 4:14). En medio de un decreto de muerte, Ester se convirtió en instrumento de salvación para su pueblo.

Apocalipsis 13, afirma que el pueblo de Dios afrontará un tiempo de angustia bajo una pena de muerte a antes del regreso de Cristo. Sin embargo, al igual que en los tiempos de la reina Ester, el pueblo de Dios será libertado y redimido. Mientras tanto la iglesia tiene una misión que cumplir. Predicar el evangelio eterno.

¿Cuál es la lección para nosotros?

No estamos aquí por accidente. Dios nos ha colocado en este tiempo con un propósito: anunciar esperanza en medio del caos, proclamar salvación donde hay temor, y vivir con la certeza de que el Él tiene todo bajo su control.

Aunque el presente parezca oscuro, miremos con fe hacia el final glorioso que Dios ha prometido. Mantengamos viva nuestra esperanza en Cristo, con una visión eterna que supere las pruebas temporales.