LES, REFLEXIÓN - ¿SACRIFICIOS INÚTILES?

LES, Reflexipon domingo 4 de mayo.

¿SACRIFICIOS INUTILES?

La lección de hoy nos lleva a reflexionar sobre una realidad espiritual profunda: Dios no se complace en sacrificios vacíos, sino en un corazón sincero y comprometido. A través de los textos de Isaías 1: 2 – 15; Isaías 56: 6, 7 y el Salmo 51: 17, se nos muestra que, aunque el pueblo de Israel ofrecía sacrificios, estos eran rechazados porque no estaban acompañados de una vida coherente con la voluntad de Dios.

Los sacrificios de Israel se habían vuelto una formalidad vacía, sus corazones estaban contaminados de maldad.

Sus sacrificios eran como las de Caín, ancladas al egoísmo y no en una actitud de entrega y sumisión a Dios.

A diferencia de Caín, está el ejemplo de Abel quien presentó un sacrificio aprobado por Dios. Comprendiendo su condición de pecador y su necesidad de un salvador, miraba en el cordero el sacrificio del salvador y por esa fe, fue declarado justo (Heb 11: 4).

¿Cuál es la lección para nosotros?

Hoy no nos acercamos a Dios con un cordero para el sacrificio, porque “el cordero que quita el pecado” (Jn 1: 29), ya fue sacrificado. Por la fe en Cristo, cada creyente es su propio sacrificio (Rom 12: 1). Pero, las exigencias que Dios exigía del cordero no han cambiado.

Es fácil caer en la rutina de cumplir con los deberes religiosos (asistir a la iglesia, orar, diezmar, etc.) sin que eso implique una verdadera transformación del corazón.

Dios desea que el sacrificio vaya acompañado de un corazón quebrantado, humilde y rendido a Él, como lo expresó David en el Salmo 51:17
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”

¿Qué debemos hacer?

Hoy debemos preguntarnos: ¿Estoy simplemente cumpliendo con rituales religiosos o realmente estoy viviendo una relación viva con Dios?
vive como una respuesta de amor al sacrificio perfecto de Cristo. La sangre de Jesús no solo cubre nuestros pecados, sino que nos llama a una nueva vida, una vida de entrega, comunión y transformación.